Al construir una sociedad endeudada a través del crédito fácil y las hipotecas al 120% del valor de tasación, hemos sentado las bases para una generación inmovilizada. Cuando tu techo y tus nóminas futuras penden de un hilo, aceptar condiciones abusivas de trabajo deja de ser opcional. ¿Qué capacidad de lucha tiene una generación que depende del trabajo diario de los próximos 40 años para poder tener un techo? ¿Qué opción a elegir buenas condiciones de trabajo tiene alguien a quien han embargado su piso y tiene que pagar de su nómina la diferencia entre el valor real y el valor hinchado al que la compró?
Porque hay que recordar que no sólo perdemos la casa, sino que el préstamo hipotecario, al haber sido tratado como un préstamo personal, pone en la línea de fuego a todo aquello que se ofreció como garantía de la devolución: el propio inmueble, los avalistas (generalmente apadres del hipotecado), y las nóminas futuras del que se queda sin casa.
Si nuestras hipotecas hubieran sido como las de los EEUU donde la única garantía de devolución del préstamo es el propio inmueble, bastaría con entregar las llaves al banco para deshacerse de la deuda mensual. Desgraciadamente, en nuestro pais aún hay mucha gente que cree que si el banco les embarga la casa, ellos quedan libres de deudas. Nada más lejos de la realidad.
Esta diferencia en el modelo hipotecario es crucial para entender las abultadas dimensiones a las que ha llegado la burbuja en este país. Los bancos, que siempre se llenan la boca hablando del enorme riesgo al que se exponen prestando nuestro dinero, sabían que con este modelo el riesgo se reducía. Bien es cierto que prestaban cantidades de dinero superiores a la tasación del inmueble y participaban con los ojos cerrados del traspaso de dinero B, pero al prestarse el dinero en base a una garantía personal, creían que se cubrían las espaldas. Todo esto gracias a la permisividad de las autoridades que, por supuesto, no iban a regular el sistema bancario, que se regula él solito y mira por los intereses de toda la sociedad.
No sé si los bancos creyeron que nunca tendrían que asumir el encontrarse con más viviendas embargadas para vender que las que podría absorber el mercado, no sé si los bancos obviaron conscientemente que una sociedad altamente endeudada es una bomba de relojería. Quizás era todo parte del "ciclo". Pero si esta situación es insostenible para la economía de cualquier pais, aún lo es más en el país donde el mismo factor que ha endeudado a la sociedad, es la causa de la crisis particular que se vive. El rico ladrillo.
Económicamente es absurdo que todas las familias embargadas tengan que hacer frente a la deuda restante después de haber vendido el piso expropiado, en vez de destinar esa renta a cubrir sus necesidades básicas. En lo relativo a los Derechos Humanos, ya no es sólo absurdo, es indignante y repulsivo que se pongan primero las reclamaciones de los cobradores, que las necesidades de la familia.
Si los bancos se ofrecieron a prestar un dinero por un inmueble, ese valor es el que han de asumir. Si ahora no recuperan el importe por el que lo tasaron, tendrían que haber sido previsores y controlar el factor de riesgo y la probable devaluación del ladrillo, antes que cargar a la sociedad con las culpas de sus excesos.
Se culpabiliza a la población por haber sido voraz y haber pedido más de lo que podían asumir. Cierto. Nadie niega los excesos de una sociedad en la que en algunos estratos sociales ha imperado el qué dirán y las apariencias, el chalet en la playa y el Cayenne para ir a buscar a los niños. Pero la intención de una gran mayoría de las personas endeudadas ha sido procurar un bienestar para su familia y una calidad de vida digna.
Son los bancos los que tenían que controlar a dónde iba el dinero que tan alegremente prestaban, si querían tener garantías de devolución. Pero entonces no interesaba mantener unos precios racionales y con subidas de acorde al IPC. Pues bien, ahora las bajadas NO van a ir con el IPC, se van a estrellar.
Que asuman ahora sus errores, y paguen ellos la crisis.
Más información sobre hipotecas en la Asamblea de Afectados por las Hipotecas
Porque hay que recordar que no sólo perdemos la casa, sino que el préstamo hipotecario, al haber sido tratado como un préstamo personal, pone en la línea de fuego a todo aquello que se ofreció como garantía de la devolución: el propio inmueble, los avalistas (generalmente apadres del hipotecado), y las nóminas futuras del que se queda sin casa.
Si nuestras hipotecas hubieran sido como las de los EEUU donde la única garantía de devolución del préstamo es el propio inmueble, bastaría con entregar las llaves al banco para deshacerse de la deuda mensual. Desgraciadamente, en nuestro pais aún hay mucha gente que cree que si el banco les embarga la casa, ellos quedan libres de deudas. Nada más lejos de la realidad.
Esta diferencia en el modelo hipotecario es crucial para entender las abultadas dimensiones a las que ha llegado la burbuja en este país. Los bancos, que siempre se llenan la boca hablando del enorme riesgo al que se exponen prestando nuestro dinero, sabían que con este modelo el riesgo se reducía. Bien es cierto que prestaban cantidades de dinero superiores a la tasación del inmueble y participaban con los ojos cerrados del traspaso de dinero B, pero al prestarse el dinero en base a una garantía personal, creían que se cubrían las espaldas. Todo esto gracias a la permisividad de las autoridades que, por supuesto, no iban a regular el sistema bancario, que se regula él solito y mira por los intereses de toda la sociedad.
No sé si los bancos creyeron que nunca tendrían que asumir el encontrarse con más viviendas embargadas para vender que las que podría absorber el mercado, no sé si los bancos obviaron conscientemente que una sociedad altamente endeudada es una bomba de relojería. Quizás era todo parte del "ciclo". Pero si esta situación es insostenible para la economía de cualquier pais, aún lo es más en el país donde el mismo factor que ha endeudado a la sociedad, es la causa de la crisis particular que se vive. El rico ladrillo.
Económicamente es absurdo que todas las familias embargadas tengan que hacer frente a la deuda restante después de haber vendido el piso expropiado, en vez de destinar esa renta a cubrir sus necesidades básicas. En lo relativo a los Derechos Humanos, ya no es sólo absurdo, es indignante y repulsivo que se pongan primero las reclamaciones de los cobradores, que las necesidades de la familia.
Si los bancos se ofrecieron a prestar un dinero por un inmueble, ese valor es el que han de asumir. Si ahora no recuperan el importe por el que lo tasaron, tendrían que haber sido previsores y controlar el factor de riesgo y la probable devaluación del ladrillo, antes que cargar a la sociedad con las culpas de sus excesos.
Se culpabiliza a la población por haber sido voraz y haber pedido más de lo que podían asumir. Cierto. Nadie niega los excesos de una sociedad en la que en algunos estratos sociales ha imperado el qué dirán y las apariencias, el chalet en la playa y el Cayenne para ir a buscar a los niños. Pero la intención de una gran mayoría de las personas endeudadas ha sido procurar un bienestar para su familia y una calidad de vida digna.
Son los bancos los que tenían que controlar a dónde iba el dinero que tan alegremente prestaban, si querían tener garantías de devolución. Pero entonces no interesaba mantener unos precios racionales y con subidas de acorde al IPC. Pues bien, ahora las bajadas NO van a ir con el IPC, se van a estrellar.
Que asuman ahora sus errores, y paguen ellos la crisis.
Más información sobre hipotecas en la Asamblea de Afectados por las Hipotecas
Imagen sacada de Las penas del agente Smith
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