lunes, febrero 12, 2007

Consumidores ingleses y derechos

Una de las cosas que más me ha sorprendido de la sociedad británica es la increíble consciencia del poder como consumidor que tienen en este país. Las grandes empresas tienen terror a las críticas de los usuarios y a las quejas, porque saben que un consumidor contrariado e ignorado, es capaz de inundar los diarios de cartas, escribir quejas a programas de television de defensa del consumidor y no se piensa dos veces a la hora de boicotear y denunciar a los culpables de sus protestas. Pero a pesar de ese terror a ser criticadosy a las quejas, no hacen como el Corte Ingles en España, que literalmente censura y amenaza con retirar la publicidad a cualquier programa de television, radio o medio de comunicación que se atreva a expresar la más mínima diferencia de opinión.

Supongo que no todo lo que pasa sale a la luz pública, pero me parece un ejemplo de sociedad concienciada que se hable tanto y tan a menudo sobre las protecciones a los usuarios y que los defensores del consumidor realmente hagan algo. No en vano las empresas realmente están preocupadas en tener a todos los usuarios contentos y satisfechos con el producto, las sugerencias y opiniones se piden constantemente, y lo que es más, se utilizan.

Además, muchas empresas se preocupan de detallar las caracteristicas reales de una oferta antes de lanzarla y no se atreven a prometer cosas ridículas que en otros países anuncian sin que se les caiga la cara de vergüenza, como pasó en España con el modem 3G de Vodafone o el trato diferente que se le da a los usuarios españoles vendiendoles productos de baja calidad que no tienen valor de poner al mercado en otros países, como pasa con las series en DVD de Universal.

Hoy he visto un programa de más de una hora de duración sobre las irregularidades que comete en el transporte y almacenaje de alimentos una cadena de supermercados birtánica, Asda, el equivalente al Caprabo en UK. El reportaje ha sido extenso, detallado, nada de esos pequeños reportajes de 3 minutos a las que estaba acostumbrada en las noticias en España. Incluía entrevistas a directores de la compañía y también a los camioneros que protagonizaban las denuncias contra la cadena, denuncias que implicaban asuntos tan graves para la salud del consumidor como cargas de alimentos congelados dejados a la intemperie durante más de 6 horas o ratas entre la comida en los almacenes donde se cargan los productos.

Me ha sorprendido porque nunca había visto algo así en mi vida. En España, Mercadona se pasa por el forro los derechos de los trabajadores, su huelga, sus permisos por maternidad y las bajas por enfermedades, apaliza a sindicalistas en la más pura actitud chulesca y mafiosa y los medios de comunicación apenas se atreven a hacer un par de reseñas, sin entrar en la profundidad del caso Mercadona, uno de los ejemplos más obscenos que he visto sobre precariedad laboral. Las únicas críticas despiadadas que reciben las empresas es cuando los medios hacen leña del árbol caído, sólo cuando la empresa está evidentemente a punto de desaparecer o ya denunciada, como ha pasado con Air Madrid recientemente, o como pasó con Afinsa y los sellos.

Otro ejemplo, los famosos call centers que las teleoperadoras españolas mandan a Argentina. Lo mismo ha pasado en el Reino Unido, donde la mayoría de los bancos han trasladado sus call centers a India, para abaratar costes. El mal servicio, la dificultad para entenderse con los teleoperadores y la cantidad de quejas recibidas, está motivando que otros bancos como el Natwest centren su publicidad en la atención al cliente, sobretodo en el hecho de que cuando llamas por telefono al banco hablas con británicos que están en el Reino Unido. Y a mi me dan ganas de cambiarme. Ya os contaré el por qué de estas ganas un día de estos, porque es una aventura a lo Teleoperador.

Acabo de leer en Meneame la estupenda noticia de que los 5 grandes bancos españoles han ingresado 6.185 millones en comisiones, un 8% más que el año pasado. Venga, descorchemos las botellas de champán, que los usuarios españoles tragan y tragan lo que haga falta. ¿Quejarse ellos? ¿Amenazar con cambiarse de banco? ¿Para qué, si en este país es inútil? El hecho es que la gran mayoría de los que no pueden cambiar de banco es porque tienen la hipoteca en él, la hipoteca de 35-40-45 años que les ata de por vida y tienen que tragar con las condiciones que les echen. Porque el resto de bancos no ofrecen muchas diferencias en el trato a las personas.

Otra de las diferencias entre los dos países es que en España los bancos, las empresas de telefonia...todos suben sus precios a la vez. ¿Pacto? No hombre, casualidad, estrategias de mercado. Y nadie hace nada. Ni los ciudadanos como consumidores, ni los defensores del consumidor, ni los gobiernos...

Por suerte las asociaciones de consumidores y usuarios parece que últimamente empiezan a presionar de una manera algo más efectiva, me gustaría pensar que debido a la difusión por internet de estos abusos, pero, por ejemplo el canon injusto de la SGAE que arruina a empresarios y elimina puestos de trabajo, sigue recaudándose con el beneplácito del Gobierno.

Algo tiene que cambiar en esta sociedad, tan sólo me pregunto cuál será la gota que colme el vaso, y si viviré suficiente para ver un cambio así.

2 comentarios:

LiLuh dijo...

Emmita wapa, me estoy poniendo al día con tu blog que está genial, te he enlazado! Muchos besos preciosa...

Anónimo dijo...

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