domingo, septiembre 24, 2006

Sobre el "neoliberalismo"

Navegando por los foros de Escolar he encontrado este texto, escrito por Mikimoss que resume a la perfeccion lo que opino sobre los niberales neocons al estilo de Facherico losantos o Jorge Valin. En cuanto tenga donde enlazarlo, lo pongo.

Vamos a ver, los liberales (y me estoy refiriendo a los que hoy en día se autodenominan liberales) son fascistas posmodernos. Me explico.

Existen dos lógicas. Una lógica es la de la fuerza y otra la del derecho. Cuando leemos a Valín apologizar con frialdad ce cirujano atrocidades tales como la prostitución infantil no estamos viendo algo novedoso, al contrario. Desde siempre el privilegiado, el poderoso (o el aspirante), ha legitimado su posición de dominio sobre los más débiles. Lo más fácil y lo que históricamente ha sucedido es que el poder decía que eso era lo natural, lo que estaba mandado por la Sra. Naturaleza o el Sr. Dios de turno. Esta es una estructura ancestral, que regía antes de que bajáramos del árbol y sigue rigiendo en la actualidad.

Pero desde que empezó la humanización del homo sapiens, los más inteligentes de nuestros congéneres empezaron a desarrollar una lógica paralela muy precaria que tenía por fin un concepto muy abstracto: la justicia. La sustancia que ha rellenado ese concepto es la lucha por la dignidad que ha acontecido durante toda la historia de la humanidad, así que sobra explicar aquí lo sobresaliente de su complejidad.

La cuestión es que los defensores de la ley de la selva, que tomaron durante el siglo XX la denominación de fascistas, ahora ya no pueden seguir manteniendo los principios de esa ideología debido a la sangría que provocaron durante el siglo pasado y que causó su caida en desgracia. Bueno, aún existen unos pocos fascistas clásicos residuales que no se han enterado de la muerte de su ideología. Son dementes violentos pero intelectualmente inofensivos.

Sin embargo los fascistas más inteligentes sabían que para sobrevivir debían de adoptar una nueva retórica acorde con los tiempos, y tomaron la poderosa retórica de la libertad que es el concepto central de la posmodernidad. Pero ahí está la trampa. No podían tomar el concepto verdaderamente importante, que es el de liberación, que fue el que desarrolló el liberalismo clásico que se enfrentó al dogmatismo religioso. Lo que necesita la niña prostituida es liberarse de su miseria, de la obligación de vender su cuerpo para sobrevivir, de la esclavitud de esa indignidad que le impide educarse, ganarse una autonomía intelectual y económica que le permita ampliar sus posibilidades vitales y elegir las más dignas. Pero los liberales modernos no defienden la liberación del débil de sus cadenas, sino la libertad posmoderna, que es una libertad fundada en la espontaneidad desvinculada, el egoísmo, el individualismo, etc. Es una libertad que no libera, sino que esclaviza. Una libertad que sólo amplia las posibilidades del privilegiado para seguir siéndolo mientras mantiene al débil bajo su arbitrio y además engañandole al decirle que tiene libertad, v.g., para vender si quiere sus órganos o no al mejor postor.

2 comentarios:

UnderPressure dijo...

Me ha encantado el videoclip del post anterior. Quienes son?

Mikimoss dijo...

Me alegra que te gustara mi comentario, aunque no es ninguna proeza argumental. Espero acabar en breve un texto donde expongo de manera más clara y justificada esas mismas ideas cuya divulgación me parece urgente. Nos están contaminando con una cosmovisión que es disolvente para la urdimbre social más o menos justa de la que disfrutamos, y no suelo encuentrar réplicas adecuadas más que anecdóticamente. Si te interesa seguir indagando en este asunto te recomiendo por ejemplo al filósofo José Antonio Marina.

Saludos.