viernes, marzo 23, 2007

24 Marzo Vivienda Digna

COMUNICADO:

No hay varitas mágicas, dice l´Hereu. No hay varitas mágicas dice Montilla. No hay varitas mágicas, repite la Trilla.

La clase política, ante la presión ejercida por las movilizaciones sociales entorno al derecho vulnerado de la vivienda, se ha visto obligada a posicionarse y construir un discurso del que no se había preocupado hasta ahora. Un discurso de mínimos que asume la existencia del problema pero que esquiva intencionadamente la carga de la responsabilidad. Un discurso donde se expresa el compromiso de las administraciones públicas por reducir la opresión a la que estamos sometidos, pero donde se recalca insistentemente que no hay varitas mágicas para solucionar la primera fuente de preocupación de la ciudadanía.

Esta parece ser la frase de moda, la frase en linde, la frase “*cool” por salir del impás. Perverso discurso, el de nuestros políticos. Una cínica obra de ingeniería lingüística, que muestra, otra vez, su insensibilidad ante una realidad que les queda demasiado lejos, demasiado distante por ser sentida.

Dicen que no hay varitas mágicas. Nosotros tampoco creemos en las varitas mágicas. Aun cuando un breve análisis de los hechos nos obliga, cuando menos, a preguntarnos por la presencia de fuerzas ocultas que actúan con una lógica no ya mágica, sino milagrosa: Como se entiende sino que durante la última década, las cajas, los bancos, las constructoras y las inmobiliarias hayan experimentado aumentos anuales de sus beneficios en torno al 20 %, y que en algunos casos hayan llegado a incrementos superiores al 40 %?

Pero las astronómicas cifras que presentan sus balances no nos deslumbran, ni nos hacen perder el norte de la racionalidad, ni nos hacen caer en la ingenua ilusión de los milagros. No es precisamente por arte de magia, que nos encontramos en esta situación. En todo caso, y por continuar con la metáfora esotérica que tanto gusta a nuestros políticos, si hablamos de magia, deberemos hablar de magia negra; y si hablamos de varitas, deberemos hablar de las varitas empleadas por las sucesivas administraciones públicas y gobiernos en forma de leyes vudú que han acabado asfixiando la sociedad civil:

*Abracadabra….. desregulación del mercado hipotecario.
*Abracadabra….. decreto boyer.
*Abracadabra….. liberalización del suelo público.
*Abracadabra….. exención fiscal de la especulación.
*Abracadabra….. expropiamos cuando nos da la gana para hacer planes urbanísticos sin la participación vecinal ; y el 3% al bolsillo!
*Abracadabra….. y ahora la Caixa me condona la deuda que financia el partido…

No queremos varitas mágicas. No aceptamos que se banalicen nuestros derechos. No toleraremos que se desvirtúen nuestras reivindicaciones con juegos de manos y de palabras que suponen un agravio, una humillación y una burla por los centenares de miles de ciudadanos que no podemos acceder a una vivienda. No permitiremos que se atente contra nuestra dignidad y que se insulte nuestra inteligencia.

Exigimos, y no nos cansaremos de repetirlo, que se garantice el derecho a la vivienda en condiciones dignas. Los recordamos que los derechos fundamentales como la vivienda, la educación o la sanidad, no pueden estar sometidos ni a la lógica del mercado, ni a los parámetros de la rentabilidad y del beneficio que lo rigen. Y que no es con varitas mágicas, sino con voluntad política, que se deben abordar las reformas estructurales pertinentes.

Exigimos a las autoridades que dejen de ser meras comparsas sometidas a la voluntad de las entidades financieras y de los grandes grupos empresariales del sector inmobiliario, y gobiernen, cumpliendo la ley y el mandato que los legitima, por el conjunto de los ciudadanos y no para los más privilegiados.

Por todo esto invitamos a la ciudadanía, sábado 24 de marzo a las 17:00 de la tarde a Plaza Catalunya, a manifestarse por el derecho a una vivienda bajo el lema “Pues vas a ser que no” que expresa la indignación de la ciudadanía por la negligente conducta de la clase política, y que invita a la sociedad civil a reconquistar un derecho que nos ha sido expropiado de manera ilegítima e ilegal.

Dejamos a los políticos una varita mágica, un sombrero de mago y una capa, para que se entretengan durante las horas libres. Y los retamos a que demuestren voluntad política durante las horas de jornada laboral.